Artículo
Neurociencias: Neuronas espejo o especulares.
4
de diciembre de 2013 a la(s) 11:31
Artículo
Neurociencias:
Neuronas
espejo o especulares.
Nse.
Marita Castro
Vamos
caminando por la calle tranquilos, conversando con una persona amiga
y de repente observamos una situación que capta nuestra atención:
un auto casi atropella a un ciclista. Por un momento nos estremecemos
como si fuéramos nosotros los que pasamos por esa situación. ¿Qué
nos sucedió? Se puso de manifiesto nuestra capacidad de sentir como
propia una experiencia ajena gracias a la existencia de las neuronas
espejo, en las cuales se pueden encontrar los fundamentos neuronales
de la empatía.
Si
bien en la actualidad se conocen este tipo de neuronas, el tratar
de comprender cómo entendemos la mente de los demás ha sido siempre
de interés. Ya hace muchos años, David Hume, filósofo empirista
escocés S. XVII, expresaba que las mentes de los hombres son espejo
unas de otras.
Las
neuronas espejo fueron descubiertas por el neurobiólogo Giacomo
Rizzolatti (catedrático de Fisiología Humana en la Universidad de
Parma y su equipo formado por Vittorio Gallese y Leonardo Fogassi)
por casualidad, mientras buscaba el modo en que el cerebro de los
mamíferos planifica los movimientos.
La
investigación se basaba en observar el modo en que se activaban las
neuronas del cerebro de un macaco, en la zona inferior de la corteza
premotora, encargada de planear y ejecutar acciones (zona que
corresponde al área de Broca en el cerebro humano), cuando éste
sostenía diferentes elementos, como frutas, juguetes, etc.
Pero
en un momento inesperado, el equipo que utilizaban para medir la
actividad de las neuronas presentó que varias de ellas estaban en
plena excitación sin que el animal tuviera ningún objeto. Lo que
sucedía era que Fogassi tenía en su mano una fruta y cuando el
macaco lo miraba, sus neuronas se activaban como si él estuviera
llevando a cabo la acción.
En
su morfología, las neuronas especulares no se distinguen de las
otras células nerviosas, pero sí lo hacen por la doble función que
cumplen: se excitan ante determinadas acciones, las realice uno o las
esté observando mientras las ejecutan otros.
Los
múltiples trabajos que se han hecho desde su descubrimiento
demuestran que las implicaciones que tiene trascienden el campo de la
neurofisiología pura, ya que el sistema de neuronas espejo permite
hacer propias las acciones, sensaciones y emociones de los demás.
Otro
campo de estudio en el que las neuronas espejo entran en juego es en
el lenguaje. Cuando hablamos siempre movemos nuestras manos; la
gesticulación que hacemos con ellas es muy importante para la
comunicación. Se sabe que las neuronas espejo son importantes para
controlar las manos y decodificar los movimientos de las manos de las
otras personas. La idea que hoy tienen los investigadores es que
antes de que los seres humanos pudieran hablar, estas neuronas
servían para la comunicación no verbal.
Cuando
hacemos ciertos movimientos y vemos a otros efectuarlos, se crea un
canal de comunicación entre nosotros y la otra persona. Por ello se
considera que estos gestos evolucionaron y ayudaron al desarrollo del
habla. Investigaciones presentaron que las regiones cerebrales que se
activan al hablar -en el lóbulo frontal- también se estimulan al
escuchar a otras personas. Así que estas regiones modernas que
controlan la lengua y los labios al hablar entran en juego cuando se
escucha conversar a otros, y están tan activas como si uno
participara de la charla.
Las
neuronas en espejo pueden encontrarse en los lóbulos frontales,
parietales posteriores, en los surcos temporales superiores, en las
cortezas premotoras y en los lóbulos de la ínsula.
La
activación de éstas depende también de cuan familiar nos resulte
lo que vemos. Por ejemplo, si vemos a alguien jugar un deporte que
nunca practicamos, nuestras neuronas espejo se activarán pero no
podrán imitar los movimientos de un modo preciso.
El
estudio realizado por la neuropsicóloga Beatriz Calvo-Merino,
utilizando resonancia magnética funcional, presentó que la
actividad cerebral es distinta según las personas que observen una
acción. La investigación se realizó con bailarines de danza
clásica, maestros de capoeira y personas con pocos conocimientos de
estas disciplinas. Cuando se proyectaba ballet, quienes eran
bailarines presentaban mayor grado de activación de neuronas espejo
que el resto de los participantes.
También
el contexto juega un papel importante en la activación de estas
neuronas, ya que justifica que algo tenga sentido o no. De hecho,
cuando se observaban acciones motoras descontextualizadas se activan
en menor medida.
El
experimento de la taza de té, realizado por Marco Iacoboni y su
equipo, es una muestra de ello. A los participantes se les mostraba
un video con una taza de té en escenarios diferentes, en donde una
mano entra a escena y toma una taza.
En
el primer video, el movimiento de la mano y la taza se presentan sin
contexto. Por su parte, en el segundo el contexto se exhibe una mesa
sucia, con migas de galletitas y servilletas usadas, una clara
muestra de una merienda que finalizó. Finalmente, en el tercero se
presenta una mesa servida con bocadillos y ordenada que muestra que
es el momento de tomar el té.
Los
investigadores pudieron observar que el grado de activación máximo
de estas neuronas se alcanzó en el tercer escenario, algo que
sugería la intención de ingerir la comida; en cambio, en el segundo
escenario la activación fue menor dado que la intención era
probablemente lavar la taza. Algo que demuestra que estas neuronas
tienen en cuenta al contexto.
Los
resultados de las investigaciones sugieren que el sistema de neuronas
espejo no se limita a duplicar internamente la ejecución del modelo,
sino que participa activamente en el procesamiento (comprensión,
imitación, aprendizaje, empatía, etc.) de la acción observada.
Si
vemos a alguien sonreír, estas neuronas lo simulan, crean una
especie de imitación interna en nuestro cerebro del rostro de la
otra persona, y luego envían estas señales al sistema emocional,
que nos permite sentir lo que otro siente.
Se
sabe que las emociones son contagiosas: si alguien entra a un espacio
en donde la gente está feliz y se incorpora al grupo, acabará
sintiéndose más feliz, porque existe esta transmisión de emociones
de una persona a otra.
La
percepción de un rostro moldea los músculos faciales de quien lo
observa y también activa estructuras internas del sistema nervioso
central como el área sensoriomotora.
Un
estudio realizado en el Colegio Universitario de Londres presentó
qué sucede cuando en lugar de ver expresiones se utilizan estímulos
auditivos. El trabajo consistió en hacer escuchar a un grupo de
personas estímulos auditivos que eran vocalizaciones de emociones
negativas como el miedo y el disgusto, y emociones positivas, como la
diversión y el triunfo. Mientras oían los sonidos sus cerebros
fueron monitoreados a través de resonancia magnética funcional.
Las
neuronas en espejo de los cerebros de todos los participantes se
activaron ante la percepción de todos los estímulos, al igual que
los músculos faciales que también tuvieron diferentes grados de
movilización. Pero lo más interesante del estudio fue
observar cómo las risas y voces triunfantes produjeron mayor
respuesta.
Los
homo sapiens sapiens debemos parte de nuestro éxito como especie a
nuestro instinto gregario. Por ello las propiedades específicas del
sistema de neuronas espejo pueden explicar la capacidad humana de
aprender por imitación y de contagiar nuestros estados de ánimo a
otros. Tal vez nuestra sociedades serían más trascendentes si
pudieramos tener presente el valor que cada uno de nosotros tiene en
el cerebro de los otros, en sus conductas y emociones.
Cada
mañana, al empezar el día, tal vez deberíamos preguntarnos ¿cómo
deseo activar las neuronas espejo de las personas con las que voy a
interactuar? De este modo, es posible que reflexionemos y nos demos
cuenta que con una simple sonrisa ya estaremos haciendo un gran
cambio.
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Iacoboni M, Dapretto M. The mirror neuron system and the consequences
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Rev Neurosci, 2006.
Nse.
Marita Castro
Directora
Asociación Educar.
Co-creadora
y Directora del Curso de Capacitación Docente en Neurociencias
dictado en castellano e inglés, curso completado por más de 1.300
alumnos.
Sus
cursos y formaciones cuentan con alumnos en más de 30 países.
Directora
talleres de Neurobiología del Aprendizaje - Universidad Nacional de
la Plata (2009-2010).
Disertante
en la cátedra de Política y Liderazgo de la formación en Farmacia
y Bioquímica, Abogacía y Marketing - Universidad Maimónides.
Asociación
Educar
Ciencias
y Neurociencias aplicadas al Desarrollo Humano